
El 7 de julio de 1924, en Tafí Viejo, un grupo de vecinos —en su mayoría inmigrantes italianos— se reunió con un propósito claro: fundar una institución que les permitiera honrar al santo de su devoción, San Antonio de Padua. Así nació la Sociedad Antoniana, una entidad que no solo tendría un fin religioso, sino también cultural y solidario.
El acta fundacional registra la participación de los señores Luis Arona, Antonio Meloni, Leonardo Muruaga, Juan Di Marco, Salvador Manay, Juan Caría, Bartolomé Caddedú, Antonio Maulú y E. Oreste. Ellos sentaron las bases de un proyecto que, con el paso del tiempo, superaría todas sus expectativas.
La Sociedad Antoniana impulsó desde sus inicios las celebraciones del 13 de junio, día de San Antonio de Padua, organizando actos religiosos, culturales y de beneficencia. Uno de los objetivos principales era distribuir ropa entre los niños más necesitados de la comunidad, tarea que se llevó adelante de manera ininterrumpida año tras año.
En 1925 se concretó el primer programa oficial de festejos, demostrando el compromiso, la alegría y el entusiasmo de sus organizadores. Las celebraciones no solo reunían a la comunidad en torno a la fe, sino que también impulsaban mejoras urbanas: se iluminaban plazas, se arreglaban calles y se decoraban los espacios públicos para realzar el espíritu festivo.
Lo que comenzó como una sencilla iniciativa de un grupo de vecinos devotos, se transformó en una tradición profundamente arraigada en el corazón de Tafí Viejo. Las fiestas patronales son hoy un reflejo de aquella herencia: un espacio de encuentro, identidad y compromiso comunitario que perdura con fuerza hasta estos días.