
El monóxido de carbono (CO) es un gas altamente peligroso que puede causar intoxicaciones e incluso la muerte. Es inodoro, incoloro y no irrita las mucosas, lo que lo convierte en un enemigo silencioso. La concientización sobre este riesgo y la adopción de hábitos seguros son fundamentales para prevenir tragedias causadas por este gas tóxico. Para evitar este tipo de intoxicaciones, es fundamental tomar precauciones y seguir ciertas recomendaciones.
En primer lugar, es esencial controlar la instalación y el correcto funcionamiento de los artefactos que utilizan combustible. Además, se recomienda mantener los ambientes bien ventilados, especialmente en épocas frías cuando se utilizan calefactores y se tiende a cerrar puertas y ventanas.
Es importante evitar dormir con brasas o llamas encendidas y no utilizar el horno o las hornallas de la cocina para calefaccionar el ambiente. Además, se debe tener cuidado de no colocar recipientes con agua sobre fuentes de calor y asegurarse de que el calefón esté ubicado en un lugar adecuado, evitando espacios cerrados o mal ventilados.
También es fundamental no encender motores a combustión en ambientes cerrados, sótanos o garajes, ya que esto puede generar acumulación de monóxido de carbono. En caso de emergencia o sospecha de intoxicación, se debe llamar al servicio de emergencias médicas o acudir a la guardia del centro asistencial más cercano.