La farmacia “Del Pueblo”, una de las más antiguas de Tafí Viejo y la provincia, cumplió 100 años de atención a la comunidad.
El emprendimiento comenzó a escribir su historia en 1923 frente a su local actual, sobre avenida Alem, en el inmueble donde desarrolla sus funciones el Honorable Concejo Deliberante.
Cristóbal Saturnino Barbado, quien lleva su primer nombre en honor a su padre y el restante por su abuelo, forma parte de la tercera generación que tomó las riendas de este comercio. “Mi abuelo, el fundador de la farmacia, arribó a Tucumán proveniente de España en 1920, se recibió de idóneo de farmacia y abrió un local en Las Cejas. Posteriormente en enero de 1923 instaló la farmacia en Tafí Viejo. Estuvo cierto tiempo en el espacio original y luego se trasladó aquí, avenida Alem 146, donde tenía la vivienda familiar y el salón de ventas”, relató.
El comercio atravesó diversas etapas de la ciudad, entre ellas, la del esplendor de los Talleres Ferroviarios, en la que la palabra, la honestidad y la solidaridad tenían un valor preponderante, algunos de esos valores fueron descriptos por Barbado en la figura de Don Saturnino, “había ferroviarios que tenían cuenta corriente, cuando la farmacia no tenía el medicamento que solicitaban en stock, mi abuelo sacaba dinero de la caja y les ofrecía para que lo compraran en la farmacia Los Andes, que es otra de las más añejas de la ciudad. Además, no tenía problema en salir a cualquier hora a lomo de burro a colocar inyecciones sea la distancia que fuera”.
A su vez, hubo una época en la que la economía en general le dio un golpe duro al emprendimiento, “en el 68 estuvimos muy endeudados, pero logramos salir con sacrificio y perseverancia. Hubo mucho esfuerzo en el camino para poder sostener este desafío”, rememoró Barbado, quien cuenta con una familia compuesta por su esposa, dos hijas y un hijo, Andrés quien, según su padre, es el motor actual de la farmacia.
Durante estos 100 años de actividad la farmacia “Del Pueblo” se ha caracterizado por el nivel de servicio a sus clientes y por la búsqueda continua de productos de calidad que les ofrecen.
Son cuatro generaciones que forman parte de la historia de la ciudad, de los comerciantes que le dieron vida a través de los años y que se ganaron el cariño y el respeto de sus vecinos.